Caminaba incluso con seguidillas pre-estructuradas de cada uno de sus pasos.
Tenía uncluso pensado qué gesto hacer o cómo reaccionar para cada una de las miles de situaciones que podría vivir en un día cotidiano.
Un día, en un accidente de tráfico su familia murió, a él le detectaron un cáncer que derivó en la amputación de ambos brazos, y más que fue condenado a cadena perpetua por algo que no hizo.
Dentro de la penitenciaria sonrió, tuvo una carcajada y hasta derramó una lágrima por su hilaridad...
Creyéndole loco por la desconcordancia de sus emociones, otro reo le pregunto: "Qué ha sido eso?"
Él por supuesto le contestó: "Es que ya había olvidado qué era estar vivo y lo que ésto significa".
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