lunes, 21 de diciembre de 2009

Preparaciones para otra bienvenida

La una de la mañana
Parece como si vida madrugara
me recuerda cuando juego en la primera vez
sin conocer reglas, sin saber ni triquiñuelas

Está oscuro y de noche
tarde; pero tan temprano
que me dan ganas de cantarle a los precisos
que los quiero, que los amo, que se las debo

Me siento inspirado por no sé qué...
Pues vida me ha jugado chueco,
mas pareciece que más nada hay
el camino se ve nublado, y por qué: yo no sé

Está oscuro y de noche
tenebroso; y a tu lado mi fantasma
que me dan ganas de que contigo se me quiten:
los fríos, los temores, los desamores

Atiendo a mis recuerdos,
esta vez eso si, la madurez mi amiga
sin zapatos me la creo
escucha: cantan los que bailan

y bajan todos a personas
y desde los constantes, hasta los permutables
y desde los que se quedaron, hasta los que se fueron
y desde los imprescindibles, hasta los insidentales

Sigue estando oscuro y de noche
me acompañas? y a tu lado, la palabra
que me dan ansias de volver en el tiempo
los espacios: tanta física; nuestra química

Ahora, cuando la noche se torna cálida
y mis huesos siguen tiritando
cielo azul: me honda la emoción
de que todo coincida, en este mundo tan "verás"

Me late corazón, luego vivo
Enmarco la amistad, para apreciar el amor
retribuyo la esperanza de que todo sea fábula
para que en mi inocencia, más rato dislumbre:

Vuelve a estar, la penumbra...
Me quema el fuego que no es fuego
y cuando tomo el bus que va a cuidad De la razón
me doy cuenta que hubo cortinas negras

Ahora en mi mundo precioso y pacífico
todo calmo, satisfecho entiende, mas espero,
espero a que segundos fluyan y otra vez
desde noche tan oscura,
a amanecer sacramental.

lunes, 14 de diciembre de 2009

重くて、

涙を流す度人は強くなる。

martes, 8 de diciembre de 2009

domingo, 6 de diciembre de 2009

A mi amor por tí:

Porque eres lo más hermoso que tengo. No te dejaré ir jamás.
Te necesito. Conjeniamos en la evolución, por eso, las etapas se convierten en una polinización de
hermosas flores que darán unos grandes y jugosos y deliciosos frutos en muy poco tiempo después.
Espérame que iré por tí. Yo te buscaré donde quiera que estés.


Ni el agua ni el mar podrán jamás ahogarme.
Menos oceanos y oceanos de tu más puro amor.


Te amoro.
Tú Dave.

martes, 1 de diciembre de 2009

Padres nuestros:



Reducir el concepto de matrimonio al de hombre y mujer porque, según la Iglesia de Roma, “en la complementariedad natural (?) de ambos se encuentra la dimensión procreadora que necesita la sociedad para seguir creciendo”, significa limitar algo tan rico y complejo como las relaciones humanas a una cuestión meramente genital.

Parece difícil pedir a aquellos que no han formado nunca una familia que sean capaces de opinar razonablemente sobre ella; pero todos los católicos que, con una venda dogmática, secundan sus manifestaciones contra los homosexuales deberían ser capaces de hacer frente a lo que les dicen desde el púlpito con algo de sentido común y, en casos como el de la locutora Cristina Chinglin o el del pseudopsiquiatra Aquilino Polaino, con algo más de dignidad.

Para construir una sociedad no basta con poner ladrillos en sus muros. Ese concepto de familia que tanto han viciado la Iglesia y algunos de sus acólitos, no se puede medir exclusivamente en términos cuantitativos. El valor de una sociedad no se encuentra en la cantidad de individuos que la conforman, sino en la calidad de los mismos; y ahí es donde muchos gays y lesbianas ya están demostrando (a aquellos que lo quieren ver), que sus hijos e hijas están siendo criados para aportar a nuestra sociedad esa calidad humana que no se encuentra en todos los hijos de las parejas heterosexuales, por el mero hecho de serlo. Más aún, los estudios publicados al respecto, entre los que destaca en España el realizado por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid y el Departamento de Psicología Evolutiva de la Universidad de Sevilla (financiado por la Oficina del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, siendo su presidente Ruiz Gallardón), demuestran que los hijos de parejas homoparentales destacan por su nivel de tolerancia ante la diversidad social, lo que, sin duda, ayuda a construir una sociedad mejor para todos, con independencia no sólo de la condición afectiva, sino también de factores culturales, económicos, étnicos o de género.

Construir una sociedad significa aportar a la misma individuos capaces de enriquecerla, de hacerla avanzar en todos su ámbitos, de contribuir a ella con su trabajo y con su experiencia vital. Para esto se requiere algo más que un pene y una vagina que tras un vulgar frotis produzcan un nuevo ladrillo. Esta sociedad requiere hombres y mujeres conscientes de la responsabilidad que exige engendrar (o adoptar) un hijo y capaces de hacer de ese hijo una persona que pueda enriquecerla en los términos mencionados anteriormente. Eso es crear familia (lo que otros rebuznan es simplemente parir), y esa capacidad se encuentra en nuestra calidad como personas, con independencia de nuestra orientación sexual.