martes, 22 de septiembre de 2009

Ataúd.

Cuando se fijó dónde estaba, ya se encontraba dentro del cajón.
vestía ese traje negro que le acompañó en sus buenasventuras,
con su elegante par de zapatos negros y su corbata favorita.
Miraba en la oscuridad del féretro y se sentía solo:
¿Dónde están todos? La gente que lo acompañó durante toda su vida, ya no está a su lado.

2 comentarios:

Pipo dijo...

Estoy pensando en dónde estoy. Sólo un poco de tiempo. Y toda la empatía posible.

Felipe Trujillo dijo...

Sé que probablemente no tiene un sentido literal lo que escribiste,pero me recordó el funeral de mi abuelo,diferencia atroz:los que lo queremos si estuvimos con él,Adios Perico :)
cuidate David,te quiero mucho